En la parte suroeste de Corea del Sur específicamente en la provincia de Jeolla del Sur, se ubica una pequeña isla llamada Banwol. En 2018 se decidió pintar la isla de morado; pintaron 400 tejados y sus correspondientes edificios de ese color, y se le fueron añadiendo aceras, bancos, cabinas telefónicas e, incluso el puente que conecta con la isla Parkji. Con una cantidad aproximada de 200 habitantes, ha sido visitada por unas 490 mil personas. Tambièn se ha construido un hotel para poder hospedar a dichos visitantes, han construido varios restaurantes de mariscos y carne de cerdo además de varios cafés. También hay prèstamode bicicletas o te puedes tomar varias fotografías en la cabina de teléfono morada, colgarse de una farola morada o cruzar el ya icónico puente morado entre Banwol y Parkji, o los campos de lavanda o colinabos. Quizá prefieras una sencilla caminata al monte Eoggae, Además, una completa red de senderos recorre las dos islas de Banwol como Bakji ya que de punta a
La gastronomía coreana con miles de años de historia se basa en este pensamiento de la unión de lo físico y lo psíquico. Es decir, la comida es la medicina. Los antepasados coreanos no solo comían para llenar el estómago y proporcionar la nutrición requerida por el cuerpo, sino que también pensaban que la comida era la medicina con la que se podían curar enfermedades físicas. De acuerdo con esta teoría, la cocina coreana es rica en vegetales silvestres, hierbas medicinales, ingredientes medicinales, etc. En el lenguaje cotidiano, se suelen repetir frases como “Tal comida es buena para tal parte del cuerpo”, o “Coma tal alimento para aliviar el dolor de tal área del cuerpo”. Por lo mismo, se venden muy rápido en el mercado aquellos ingredientes recomendados en la televisión o periódicos.